Publicado en El Mundo el 21 de julio de 2022:  https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2022/07/21/62d80e7c21efa0d41a8b45d7.html

Tras la dimisión de Boris Johnson, los conservadores británicos se han puesto manos a la obra para elegir al próximo primer ministro de Reino Unido. El proceso de selección -entre unas primarias y un reality– dejaba a comienzos de esta semana un grupo de cuatro candidatos. Uno de ellos, Rishi Sunak, es hijo de inmigrantes indios; otra, Kemi Badenoch, es hija de inmigrantes nigerianos. Y aunque esta última fue eliminada el martes, está considerada como una estrella emergente en el partido.

¿Es concebible que algo así ocurra en España? ¿Que, cuando algún día toque elegir al sucesor de Sánchez en el PSOE o de Feijóo en el PP, la terna incluya a hijos de inmigrantes y a individuos cuya raza no sea la blanca? No parece probable, y habría que preguntarse por qué. No por cuestión de cuotas, sino porque parece un buen indicador de si el ascensor social y la integración están funcionando como debieran. Al fin y al cabo, no hay enormes diferencias entre España y Reino Unido en cuanto a población de origen extranjero. El 78% de ingleses son blancos de origen británico, mientras que los de origen asiático -incluidos los hijos de inmigrantes indios o paquistaníes- suponen el 8%; los de raza negra son el 3,5%. Por nuestra parte, las personas que residen en España habiendo nacido en otro país (tengan o no la nacionalidad española) superan los 7 millones, casi un 15% de nuestra población total.

Puede que la diferencia tenga más que ver con el cuándo que con el cuánto. La llegada de grandes números de inmigrantes a Reino Unido empezó en los años 50; en España empezó a finales de los 90. Los hijos de esta inmigración estarían hoy en el instituto, en la universidad o en sus primeros empleos. El dirigente de Vox Ignacio Garriga sería un ejemplo de que su entrada en la política se produce de forma natural. Pero también hay que tener claro que la «diversidad» en la representación política tendrá en nuestro país rasgos distintos de los que tiene en EEUU o Reino Unido. Solemos pensar que diversidad equivale a personas de raza negra o de origen asiático, cuando en el caso español pesa más la inmigración de Marruecos, del este de Europa y de Hispanoamérica. Un Rishi Sunak español sería hijo de inmigrantes marroquíes; nuestra Kemi Badenoch descendería de inmigrantes rumanos o colombianos. Quizá este sea el gran cambio que se producirá en los cuadros de nuestros partidos durante los próximos años. Y si no ocurre, habrá que preguntarse por qué.