En 2002 me fui de España y no regresé de forma definitiva hasta otoño de 2015. Este último año ha supuesto, por tanto, un ejercicio de “descubre las diferencias”; una taxonomía a vuelapluma de los cambios que se han producido en la sociedad española con respecto a la de mi adolescencia. Muchos son evidentes: ya no gobierna Aznar, gobierna su ministro del Interior; ya no vemos El Informal, vemos El Intermedio; ya no perdemos el tiempo con el Snake sino con el Candy Crush. Otros, como las muletillas nuevas que han invadido el lenguaje diario, son menos tangibles, pero dicen algo sobre los cambios en nuestra mentalidad popular.
A principios de los 2000, por ejemplo, no sentíamos la necesidad de moderar cualquier frase acerca de nuestros proyectos y nuestras convicciones con la muletilla “un poco”. Saben a lo que me refiero: “este es un poco el plan”, “esta es un poco nuestra forma de verlo”, “esto es un poco lo que hay”. [Seguir leyendo.]