Lo más reciente

El adiós de Boris Johnson

Boris Johnson es, sin duda alguna, uno de los políticos más importantes del Reino Unido en lo que llevamos de siglo XXI. El esperpéntico final de su breve etapa como primer ministro, cuyo reciente rosario de escándalos parece evocar los famosos versos de Eliot («así termina el mundo, no con un estallido sino con un sollozo»), no debería hacernos perder de vista su extraordinaria relevancia e influencia. (…)

La Transición ¿hasta 2018?

¿Cuándo terminó la Transición? La variedad de fechas que se han venido proponiendo como final de aquel proceso da pie a confusiones interesadas. Si algunos dicen que la Transición duró hasta 1978, otros sostienen que fue hasta 1979, otros señalan que se prolongó hasta 1981 y otros aún consideran que terminó en 1982, ¿por qué no se podría estirar unos mesecillos más?

La cuestión merece un debate más serio del que han impulsado el Gobierno y sus socios. Fijar el límite de la Transición significa establecer, en primer lugar, qué fue la Transición; y aquí hay razones legítimas para el desacuerdo. (…)

¿Qué ofrece el PP?

Hace algún tiempo que las cosas le van francamente bien al PP. Y esto merece un comentario. ¿Cómo se explica este éxito? ¿Qué está ofreciendo a los votantes el PP? No, desde luego, un proyecto ambicioso de transformación social o nacional. (…)

¿Alerta antifascista?

Corren tiempos extraños para el discurso antifascista. Hace unos meses, Putin inició una guerra criminal y devastadora en nombre de la «desnazificación». El historiador Timothy Snyder ha insistido en esta paradoja: el país desarrollado que más se aproxima actualmente al fascismo -por su antiliberalismo, su ultranacionalismo, su conservadurismo social, la supresión de toda disidencia, la exaltación de la voluntad nacional, la reivindicación de un glorioso pasado perdido, la celebración de la guerra como ejercicio purificador- se declara antifascista. (…)

Lo que no somos

Si tanto queremos que España cambie, ¿por qué no lo hemos hecho ya? No se podrá decir que las comparaciones aspiracionales son recientes, o que existe algún bloque casticista que se opone al cambio: la admiración por otros países está presente en las derechas y en las izquierdas, en el mainstream (seamos como Alemania, como Dinamarca, como Estados Unidos, como Francia) y en los extremos (seamos como Ecuador, como Venezuela, como Polonia, como Hungría). Quizá el problema sea precisamente la falta de consenso en cuanto a qué modelo deberíamos seguir. O quizá sea que hablar sobre cuánto queremos que España se parezca a otros países es más sencillo y gratificante que hacer algo para lograrlo. (…)

Soldados del pueblo ruso

Desde el principio se estableció en Occidente la idea de que esta era la guerra de Putin. Se hicieron llamamientos contra la rusofobia, y Biden llegó a declarar que «el pueblo ruso no es nuestro enemigo». El culpable es un régimen despótico; el pueblo al que oprime no tomó la decisión de invadir Ucrania y por tanto debería ser exonerado de toda responsabilidad. No es un planteamiento descabellado, pero, ¿dónde acaba un régimen y empieza una sociedad? ¿Dónde termina la consigna y empieza la convicción? ¿A partir de qué momento empieza un militar a ser responsable de sus acciones? (…)

Los hipócritas

Desde que comenzó la invasión de Ucrania hemos descubierto que algunas personas viven muy preocupadas por la ‘hipocresía de Occidente’. Pero ¿quiénes son los verdaderos hipócritas? (…)

Militares pasteleros

No han sido pocos los reservistas españoles que, consultados por los medios en las últimas semanas, han hecho suyas algunas de las «razones» del Kremlin. No justifican la invasión, pero consideran que Occidente no ha respetado a Rusia, que Zelenski obliga a su pueblo a luchar, que expandir la OTAN fue una provocación, que Ucrania debe aceptar un estatus de neutralidad, etc.

Cabe plantear cómo se aplicarían estos razonamientos a nuestra propia historia. Y, en concreto, a la Guerra de Independencia. Porque también Napoleón tenía preocupaciones de seguridad: ¿acaso no amenazaba la flota británica el acceso a sus puertos? ¿No había avisado de lo que ocurriría si no se respetaba el bloqueo continental? Y, ya puestos, ¿no tenía Francia derecho a una esfera de influencia? ¿No habría sido sensato permitir que se quedara con una parte de nuestro territorio? ¿Fue Espoz y Mina lo suficientemente empático con aquellos países que compraban nuestros productos? (…)