Les cuento una historia absurda.

Me aficioné a la liga de baloncesto estadounidense, la NBA, allá por 2008. En aquel entonces vivía en Saint Louis y preparaba los exámenes de final de carrera; así que me acostumbré a pasar las noches estudiando con algún partido de fondo.

Una de aquellas noches vi a los Atlanta Hawks, un equipo ligeramente mediocre, jugando contra otro equipo, éste netamente mediocre. En el último cuarto, los Hawks ganaban por tantos puntos que se permitieron quitar de la cancha a sus titulares y meter a los suplentes. Estos eran tan desconocidos para el público que el presentador dijo: “Y ahora entra incluso… ¿Othello Hunter? ¿Pero quién es este tipo?”. [Seguir leyendo.]