Publicado en El Mundo el 21 de octubre de 2021: https://www.elmundo.es/opinion/2021/10/21/617027befc6c83180d8b45df.html

La historia de ETA ha tenido investigadores, escritores y cineastas. Si algo le ha faltado han sido lectores, prescriptores, espectadores y -en general- apoyo. El fenómeno de Patria incluso corrigió algunas de estas carencias. Pero insistamos en lo primero: diez años después del fin de los asesinatos, cualquier problema vinculado al recuerdo del terrorismo no tiene que ver con la falta de materiales.

La producción proveniente de la universidad ha sido extensa. Un repaso (muy incompleto) arroja títulos como La historia de ETA, coordinado por Antonio ElorzaNunca hubo dos bandos, coordinado por Antonio RiveraHistoria y memoria del terrorismo en el País Vasco, coordinado por José Antonio PérezVidas rotas, de Florencio DomínguezRogelio Alonso y Marcos García ReySangre, votos, manifestaciones, de Gaizka Fernández Soldevilla y Raúl López Romo; ETA: Terror y terrorismo coordinado por Diego MuroRafael Leonisio y Fernando MolinaLa derrota del vencedor, de Rogelio AlonsoHeridos y olvidados, de María Jiménez y Javier Marrodán; y los trabajos de los investigadores vinculados al Instituto Valentín de Foronda.

Tampoco han faltado ensayos como los de Jon JuaristiEl bucle melancólicoy Sacra NémesisEl terror de ETA de Joseba ArregiContra la barbarie y Héroes a su pesar de José María Calleja; y así en una línea que pasa por los trabajos de los valientes que impulsaron ¡Basta Ya!, como Fernando Savater, y que llega hasta el recién publicado Todos los futuros perdidos de Borja Sémper y Eduardo Madina. No han faltado tampoco novelas y cuentos, desde La carta y Lectura insólita de ‘El capital’, de Raúl Guerra Garrido, hasta Los peces de la amargura y la mencionada Patria, de Fernando Aramburu, pasando por Las amargas mandarinas de Iñaki AbadAves del paraíso de Luisa Etxenike y El comensal de Gabriela Ybarra. También ha habido documentales de gran valor como Trece entre mil y el reciente Bajo el silencio, de Iñaki Arteta, y el también reciente Traidores de Jon Viar; a los que se han sumado producciones en grandes plataformas como El final del silencio en Movistar, El desafío en Amazon y la adaptación de Patria en HBO.

En definitiva, un español de 2021 tiene a su disposición un material abundantísimo para formarse una idea de lo que fue ETA. Muchos autores han producido obras valiosas, a menudo asumiendo un gran riesgo personal. Si persisten insuficiencias y circunloquios en el recuerdo del terror no es porque ellos fallaran.